El nadador Pan Zhanle bate récord mundial de 100m libre en los JJ.OO.
El chino Pan Zhanle, casi un desconocido hasta febrero pasado, se zambulló en la piscina olímpica más lenta del siglo, la que menos récords promedia por prueba, y venció a sus siete adversarios, doblegó a la física de fluidos, y avanzó, él solo, décadas en la historia de la natación hasta pulverizar el récord mundial de 100 metros libre, la distancia dorada, dejándolo en 46,40 segundos.
Dio un salto sideral. Sin compañía, lo nunca visto en una prueba que por su naturaleza inclina las definiciones hacia una igualdad cada vez más acentuada. Su marca mejoró en 40 centésimas —un abismo que en circunstancias normales tardaría muchos años en salvarse, décima a décima— la que él mismo había establecido en los Mundiales de Doha, de 46,80s. Desde 1976 no se recortaba un récord de 100 en 40 centésimas en una sola carrera.
Pan Zhanle no solo estableció el primer récord mundial de natación en estos Juegos Olímpicos de París 2024. Vindicó a sus paisanos y restituyó el honor de los organizadores, que defendían la calidad de la piscina de La Défense a pesar de su profundidad de 2,2 metros, por encima de los 2,5 mínimos que manda el reglamento reformado de la federación internacional.