Hugo Darquea López: Ni autócratas ni amorales
En la realidad social el respeto a las normas de convivencia, constitucionales y legales, son la garantía para vivir en armonía, trabajar y producir con libertad en función del bien común.
En el Estado de Derecho esta premisa es fundamental. Sin embargo, constatamos como la anomia ética y jurídica destruye la institucionalidad y la seguridad pública afectando gravemente las relaciones sociales.
El populismo autoritario se impone con cinismo contumaz, tal el caso del fraude descomunal cometido en Venezuela por el narco gobierno del autócrata Nicolás Maduro que replica con alevosía la dictadura que hace décadas asola Nicaragua en la pauta castrista que por más de sesenta años prevalece en Cuba.