París 2024: Tom Daley, el clavadista británico que teje antes de cada salto
El pequeño Robert Ray, de tan solo seis años, agita la bandera de Gran Bretaña de lado a lado sin cesar, fundido por la emoción. Para los presentes en el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos de París que no encuentran respuesta a la efusividad que le imprime el chico a cada clavadista que avanza por el trampolín, la remera que lleva puesta responde por sí sola. «Equipo Daley», luce en el frente y «Ese es mi papá», se lee sobre el dorso.
El niño británico se encuentra cumpliendo un sueño, junto a su hermano Phoenix. Su padre Tom Daley no olvidó el pedido que le realizó un año atrás. «Papá, quiero verte saltar en unos Juegos Olímpicos», le expresó mientras visitaban el museo olímpico. La misión implicaba volver del retiro a sus 30 años, tras más de dos temporadas fuera de la alta competencia. Pero todo cuesta poco para el histórico clavadista de Gran Bretaña cuando hay amor de por medio, quien volvió a lo grande y le obsequió a su niño no solo la chance de disfrutar de unos Juegos, sino también de colgarse una presea en el cuello.
Con el mismo rostro de aquel niño que sorprendió a todos al quedar séptimo en su participación en Pekín 2008 con tan solo 14 años, aunque sin perder la simpatía que lo caracteriza, Tom regresó a los trampolines e hizo historia al convertirse en el único atleta de su nación en participar en cinco citas olímpicas.
El pequeño Robert Ray, de tan solo seis años, agita la bandera de Gran Bretaña de lado a lado sin cesar, fundido por la emoción. Para los presentes en el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos de París que no encuentran respuesta a la efusividad que le imprime el chico a cada clavadista que avanza por el trampolín, la remera que lleva puesta responde por sí sola. «Equipo Daley», luce en el frente y «Ese es mi papá», se lee sobre el dorso.
El niño británico se encuentra cumpliendo un sueño, junto a su hermano Phoenix. Su padre Tom Daley no olvidó el pedido que le realizó un año atrás. «Papá, quiero verte saltar en unos Juegos Olímpicos», le expresó mientras visitaban el museo olímpico. La misión implicaba volver del retiro a sus 30 años, tras más de dos temporadas fuera de la alta competencia. Pero todo cuesta poco para el histórico clavadista de Gran Bretaña cuando hay amor de por medio, quien volvió a lo grande y le obsequió a su niño no solo la chance de disfrutar de unos Juegos, sino también de colgarse una presea en el cuello.
Con el mismo rostro de aquel niño que sorprendió a todos al quedar séptimo en su participación en Pekín 2008 con tan solo 14 años, aunque sin perder la simpatía que lo caracteriza, Tom regresó a los trampolines e hizo historia al convertirse en el único atleta de su nación en participar en cinco citas olímpicas.