Simón Pachano: La larga cuerda del caos
La combinación entre la vocación por hacer leyes intrascendentes e imposibles de aplicar y la pasión por el autoengaño es una receta insustituible para crear el caos.
El ejemplo de estos días lo tenemos en la confluencia de la ley que rimbombantemente denominan de elecciones primarias con las ansias por gozar de un par de minutos de fama por parte de decenas de personas que no tienen conciencia de sus limitaciones. El resultado es la profundización de la confusión y el desorden en algo que debería ser tratado con algo de seriedad, como es la representación política.
Establecer elecciones primarias (que no equivalen a cualquier forma de selección de candidatos) cuando no existen partidos políticos o algo que se les parezca es legislar sobre la nada. Más aún si previamente se ha abierto de manera indiscriminada la puerta para que se legalicen más de dos centenas de membretes que pueden presentarse a elecciones.