Venezuela quiere prohibir la presencia de observadores internacionales
El entuerto político planteado en Venezuela con los resultados de las pasadas elecciones presidenciales del 28 de julio está siendo enfrentado por los altos mandos revolucionarios del chavismo con un agresivo proceso de radicalización, para el cual se adelanta un nuevo andamiaje legal que le sirva de soporte.
En cadena nacional de radio y televisión, el presidente Nicolás Maduro ha reunido en la Casa Amarilla, sede de la cancillería, al Consejo de Estado y el Consejo de Defensa Nacional ―es decir, la plana dirigente de los poderes públicos y el alto mando militar― con el objeto de analizar el cuadro político actual del país e ir adelantando una serie de leyes “antifascistas”, que presumiblemente le permitirán avanzar sobre la oposición.
El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, criticó duramente a los miembros del panel de expertos de Naciones Unidas, que anunciaron que darán a conocer los resultados de la observación hecha por sus técnicos en las pasadas elecciones presidenciales del 28 de julio.
El informe no se ha hecho público. Rodríguez no había perdonado que el Centro Carter considerase las elecciones venezolanas como “no democráticas”. Ahora calificó a los funcionarios de la ONU de “basura sin palabra”, porque, argumentó, “firmaron diciendo que [su informe] tendría un carácter privado, y ahora lo van a hacer público”.
Luego fue más allá y propuso “una reforma de las leyes electorales de Venezuela para que nunca más un extranjero venga a tomar posición sobre nada que tenga que ver con las elecciones (…). ¿Por qué tienen que venir?, ¿a cuenta de qué?, ¿qué tipo de capacidad tienen?”.