Kléber Mantilla Cisneros: A un año del magnicidio
Negar un homenaje por la muerte de Fernando Villavicencio no es un asunto de fanáticos, periodistas amigos, influencers o activistas de derechos humanos; es una lección de recuperación de patriotismo y resistencia de un país que se niega a desaparecer.
Es un grito a las élites políticas y económicas: la reivindicación moral y física a ritmo de pasillo atribulado que solo los semidioses pueden valorar y enaltecer.
Los ecuatorianos debemos reflejarnos en las medallas de Daniel Pintado, Glenda Morejón y Lucía Yépez, obtenidas en los Juegos Olímpicos de París.