La Comuna 13, de refugio de sicarios a cuna del arte en Medellín
Sobre un viejo asentamiento en la ciudad colombiana de Medellín, donde hay casas rústicas y otras que se caen a pedazos, se alza imponente la Pachamama, una estatua de 5,5 metros de alto llamada «La Diosa de la Comuna 13», venerada por los pueblos ancestrales andinos por ser considerada el Espíritu de la Tierra.
La Comuna 13 ha sido ese barrio que hace dos décadas aparecía en las respuestas de los antioqueños a la pregunta de cuál era el lugar más peligroso de Medellín. El que fuera una vez barrio vetado para quien no viviera allí, cuna de sicarios, casi maldito; se ha convertido hoy en un referente de esperanza y cambio.
Yeyo tiene 40 años, la piel tostada, delgado. Da instrucciones claras: el recorrido en la Comuna 13 vale 17 dólares e incluye la leyenda negra sobre el barrio.