Nacer: la odisea de las tortugas marinas en las playas de Ecuador
Es mayo y es feriado. Mónica Valencia ofrece el servicio de alquiler de carpas en la playa de Crucita, situada a veintisiete kilómetros de Portoviejo, la capital de la provincia de Manabí. Pero este no es un fin de semana cualquiera.
Mientras Mónica atiende a los visitantes que desean rentar sus parasoles y ayuda a su hija en la confección de un ‘sombrero loco’ para su escuela, también se da tiempo para cuidar los nidos de las tortugas marinas que se acercan hasta la costa a dejar sus huevos.
Mónica es una de las voluntarias de la fundación Contamos Contigo Ecuador. Su padre, Burbano Valencia, le enseñó desde pequeña a reconocer las huellas de estas criaturas marinas. “Sabemos que hay un nido porque las tortugas dejan un rastro”, explica Mónica.